La Overwatch League fue en su día una idea pionera de ActivisionBlizzard en el mundo de los e-Sports. La competición pretendía asemejarse a ligas del nivel de la NBA y por lo tanto se hizo eco de muchas de las características de esta. Agentes libres, límite salarial para cada equipo, play-offs y sobre todo: franquicias.
Muchos creen que las franquicias fueron las que acabaron con la OWL. Para empezar la liga con unos 50mio de dólares para poder comprar su plaza en la liga, número que se fue incrementando pasada la 1era temporada en 2017. Hoy en día, según lo que informa Jacob Wolf en «The Jacob Wolf Report», los equipos deben entre todos más de 400mio$ a Blizzard, aunque la empresa ha congelado esta deuda hasta tener un plan de ingresos efectivo. La idea de las franquicias no es mala en teoría, solo hay que ver el éxito que ha tenido la NBA al rededor del globo. Pero el sistema de la OWL hacia aguas por todas partes. Para empezar, Blizzard anunció en 2020 que la OWL pasaría a funcionar sobre un sistema de home-stands, con cada equipo viajando al rededor del globo semanalmente. En un vídeo publicado por Boston Uprising, el equipo mostró el que habría sido su recorrido a lo largo de la season, unos 77200 km. Por otra parte, la falta desde un inicio de equilibrio entre regiones, llevó a que muchas zonas del mundo se sintieran desamparadas. Con sólo dos equipos europeos, en su mayoría conformados a lo largo de los años por jugadores coreanos, y con 0 equipos de LATAM, la comunidad europea e hispana sintió desde el principio una falta de representación en la liga.
Por lo tanto ya desde sus inicios la OWL se enfrentaba a problemas logísticos y problemas de fan base. Si a esto le sumamos un horrible Tier2 que no ayuda a los jugadores a llegar a la liga, la situación de la competición fetiche OW era poco esperanzadora. Pese a todo, las primeras 2 seasons tuvieron muy buenos números de espectadores, tanto presencialmente como por Twitch. ´Desde entonces la cosa ha ido escalando, empezando por la firma de un contrato de exclusividad de los derechos televisivos de la OWL con YouTube, hecho que supuso una caída gigante de la viewership. Si la OWL tenía el potencial para ser un e-Sport de tier alto, sus números actuales en cuanto a visitas lo han dejado en un tier medio bajo. Actualmente la liga se sustenta en la afición americana y la asiática.
Volviendo a lo del pago de las plazas. El hecho que la plaza para ser un equipo de la OWL valiese tanto, significó que clubes históricos del sector no pudiieran conseguir un hueco en la liga, cosa que si que hicieron empresas grandes propietarios de equipos de ligas deportivas. Las repercusiones de esto se comenzaron a sentir en 2020, cuando Immortal Gaming, empresa propietaria de LA Valiant, despidió a todo su roster a una semana del inicio de la temporada, para luego ceder el control del equipo a una empresa china y trasladar la sede del equipo a Pekín. Este fue el primer caso de una franquicia recortando costes y por lo tanto diseñando un roster barato y poco competitivo. Solo este año ha habido 5 equipos que han ido por ese camino, todos ellos deshaciéndose de jugadores para abaratar el coste del roster y empeorando el nivel competitivo de la liga.
Para acabar os dejo con las opiniones del administrador de TITANMEDIA, Héctor «Xyri» García sobre la situación de la OWL:
Creo que la OWL estaba llamada a romper esquemas, mezclaba todo aquello que funcionaba en el deporte tradicional con las innovaciones y frenetismo de una industria que sigue creciendo a pasos agigantados. La primera temporada nadie duda que fue todo un éxito tanto para Blizzard como para los inversores y dueños de las franquicias estaban muy satisfechos con ella, pero hay que recordar que la liga estaba planificada para que en la tercera temporada, los equipos compirtieran en sus homestands y la competición se nutriese de tanto de sponsors globales y locales.
De hecho si te fijas durante las dos primeras temporadas se podían ver marcas no endémicas entrar en el sector porque la liga tenía numeros muy buenos para un juego como Overwatch. Pero justo llega la tercera temporada donde la liga tendría que dar el salto de calidad y llegó el COVID y con ello, los recortes de ABK cerrando sedes enteras y despidiendo a cientos de empleados, las franquicias perdiendo cantidades ingentes de dinero y sin margen de maniobra para poder recuperar parte de la inversión realizada.
Sinceramente creo que quienes se han puesto al mando de la competición no han sabido continuar con la visión de Nate Nanzer y lo mejor que pueden hacer es meterle un gran reset al path to pro entero, incluída la OWL y su sistema, dejar de meter parches para arreglar el estropicio, dedicarle tiempo a planificar algo diferente e invertir en crear una estructura competitiva de verdad de arriba a abajo, empezando por ligas nacionales y acabando por eventos globales.